Las notas reciben este nombre por la primera sílaba de la primera palabra de los versos de un himno latín dedicado a Juan Bautista, llamado Ut que ant laxis.
Más tarde, levantadas las prohibiciones de la Iglesia de usar ciertas combinaciones de notas por considerarse incorrectas y hasta diabólicas, se añadió a esta escala la nota Si nacida de la combinación de las letras S e I del verso Sancte Ioannes.
La primera nota “Ut” presentaba inconvenientes a la hora de solfear, dado que su pronunciación termina en una consonante sorda; esto fue resuelto por Giovanni Batista Doni que, poniendo las dos primeras letras de su apellido, cambió el nombre de la nota al actual “Do” y así, solucionó el inconveniente de entonación.
Como vemos, de aquí nacieron estas 7 palabras. Pero esto es algo más complejo que solo palabras, también están los tonos.
Los tonos son la diferencia auditiva que existe entre las notas. Y los semitonos son una diferencia más pequeña (aproximadamente la mitad).
De Do a Re, existe un tono, Re a Mi, existe un tono, de Mi a Fa, un semitono, de Fa a Sol, un tono, de Sol a La, un tono, de La a Si, un tono y de Si a Do, un semitono.
Tienen que saber que, en teoría, las notas son casi infinitas, solo se repiten estas siete. Entonces decimos, Do Re Mi Fa Sol La Si Do Re Mi Fa Sol La Si Do Re... etc.
Pero ¿Entonces suena un ascenso desde el Do y luego empieza otra vez ese ascenso? No. Para saber si un Do (por ejemplo) es su primera vez que se repite o la segunda, se añaden las octavas, cuando se dice Do en primera octava, significa que es la primera vez que aparece el Do, y si es en segunda octava, significa que es la segunda vez que aparece el Do. Pero ¿Por qué 7 y no más? Porque si escuchas un Do en primera octava conjuntamente con otro en segunda octavas, puedes notar que están afinados y se escuchan casi iguales.
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